¿Existe la
menopausia masculina?
Así como en la
mujer, aproximadamente en torno a los 50 años, se produce un brusco cese
de la secreción hormonal de los ovarios, que da lugar a la etapa conocida como
menopausia, en el varón desde los 40 años de edad, se va produciendo un
descenso anual en torno al 1%, en la secreción de testosterona, por parte de
los testículos. A este evento, se le conoce a nivel coloquial como andropausia,
andropenia, o menopausia masculina, pero a nivel médico, se le ha bautizado con
el término: “Hipogonadismo masculino de inicio tardío”.
Entre un 15% y un 20% de los hombres, que se
encuentran entre los 60 y 80 años, tienen un déficit de secreción de
testosterona y, esto se suele acompañar de unos síntomas que merece la pena
diagnosticar a tiempo, para ofrecer el oportuno tratamiento sustitutivo.
¿Y cuáles son los síntomas del hipogonadismo de
inicio tardío? Pues los más habituales son la debilidad muscular, con presencia
de fatiga, la tendencia a la depresión, el carácter irritable, pérdida de
memoria, mayor frecuencia de fracturas óseas, por pérdida de su mineralización,
o lo que es lo mismo, por presencia de osteoporosis, la disminución de la
libido o del apetito sexual, la disfunción eréctil o impotencia, etcétera.
Pero además de todos estos problemas mencionados,
investigaciones científicas recientes, como es el estudio denominado “Rancho
Bernardo”, demuestran que los varones con niveles más bajos de testosterona en
sangre, viven menos tiempo, e incluso tienen de dos a tres veces más
posibilidades de desarrollar un tumor maligno, un problema cardiovascular agudo
(angina de pecho, infarto de miocardio), o un síndrome metabólico x (diabetes +
cifras elevadas de colesterol + obesidad), que aquéllos varones con niveles
normales de testosterona en sangre.
Conocido es, desde hace varias décadas, que el
tumor de próstata se alimenta de las hormonas masculinas y, así se demostró en
su momento, de forma experimental, que cuando se castraba a un animal de
laboratorio, el tumor detenía su evolución; éste hallazgo, motivó que se
premiara a sus investigadores, con un premio Nóbel de Medicina. En la práctica
médica, se utilizan los tratamientos antihormonales, para tal fin; sin embargo,
y de forma paradójica, se ha visto que un tercio de los tumores de próstata
ocurren en hombres con niveles bajos de testosterona y, que este tipo de
cánceres son los que peor evolucionan. Falta por lo tanto, mucho por estudiar e
investigar, para conocer los recónditos secretos que la naturaleza humana
esconde, en el desarrollo y evolución del tumor de próstata.
Pero volviendo al hipogonadismo masculino de inicio
tardío, tendríamos que preguntarnos si tiene tratamiento y, efectivamente,
podremos contestar rotundamente que sí, que podemos ofrecer un tratamiento
sustitutivo de testosterona. Así, de esta manera, podremos restaurar los
niveles normales en sangre, de esta hormona masculina. La industria
farmacéutica, pone hoy en día, a nuestro servicio, presentaciones a base de
geles, parches, e incluso existe una inyección intramuscular trimestral.
Como podemos observar, los tabúes de la
masculinidad, se van despejando progresivamente y, se van haciendo claros en el
horizonte, que despejan los secretos más celosamente ocultos del organismo
humano.
Su conocimiento, lleva implícitamente ligado el
estudio y aplicación de su tratamiento personalizado, pero para ello, es
fundamental hacer frente a la realidad y, dejar apartados tabúes y vergüenzas,
para que el varón se siente ante su médico y, le explique sus problemas más íntimos
y personales.
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