miércoles, 23 de julio de 2014

Virus papiloma humano y contagio por sexo oral


¿El virus del papiloma humano (VPH) puede contagiarse con el sexo oral?

       El VPH es uno de los más frecuentes del mundo; así, alrededor del 80% de las personas sexualmente activas están infectadas por él.

       Hay que comenzar diciendo que, existen unos 150 tipos distintos de VPH y, solo una docena son de alto riesgo. Dos de ellos, los tipos 16 y 18 son los responsables de la mayoría de los cánceres genitales: 70% de los de cuello uterino; 85% de los de ano; 50% de los de vagina, vulva y pene; 30% de orofaringe.

       Según el Dr. Álvaro Vives, médico responsable del Departamento de Infecciones de Transmisión Sexual de la Fundación Puigvert de Barcelona, “sí se puede contagiar al practicar sexo oral, pero el virus, habitualmente, no se desarrolla; no salen verrugas (condilomas), y, generalmente, se acaba eliminando sin crear patología”.

       “El contagio de este virus por sexo oral es poco frecuente; esto es así, porque nuestra boca es mucho más resistente de lo que parece, dado que está acostumbrada a convivir con miles de agentes infecciosos”, asegura el experto catalán. Aún así, sabemos que cada vez está más en auge este tipo de vía de transmisión.

       El VPH, fundamentalmente, se transmite por contacto genital y anal, sin necesidad de que se mezclen fluidos (por ejemplo, la sangre), como ocurre con el virus HIV (causante del SIDA).

En la mayoría de los casos desaparece por sí solo y no causa ningún problema de salud. En otros casos, este virus permanece latente  desarrollándose más tarde; incluso pueden pasar varios años.

       Hoy por hoy, cuando no existen lesiones cutáneas visibles (verrugas), no hay métodos diagnósticos para comprobar si existe el VPH. Sí existen pruebas, en la mujer, para detectar el cáncer de cérvix (test de Papanicolau).

       Por otra parte, el cáncer anal en hombres está aumentando de prevalencia (número total de casos), debido a la presencia del VPH. Bien es cierto que, es mucho más frecuente en inmunodeprimidos, especialmente en los seropositivos al VHI. Estos pacientes, antes, tenían una esperanza de vida más corta y no se llegaba a desarrollar este tipo de cáncer, pero ahora, con los nuevos fármacos antirretrovirales la esperanza de vida llega a ser, casi, como la de cualquier persona sana.

       Es importante no alarmarse, pues la mera presencia del virus no quiere decir que se vaya a desarrollar un cáncer genital, anal u oral. Así, entre las mujeres que tienen el VPH “no llega a un 3% las que desarrollan cáncer de cérvix”, asegura el Dr. Álvaro Vives. El desarrollo del cáncer no se debe solo a la presencia del virus, sino que intervienen otras muchas variables.

Y, aunque sabemos que el preservativo protege de otras enfermedades de transmisión sexual, en el caso del VPH, las zonas no cubiertas por el profiláctico pueden infectarse por el virus, por lo que no existe plena garantía. No obstante, a las mujeres les protege de padecer cáncer de cuello uterino en un 89,3%, según un trabajo clínico realizado en 82 mujeres universitarias norteamericanas, de ahí que conviene insistir en su colocación.

http://www.bubok.es/libros/236737/Urologia-para-la-pareja-Lo-que-toda-pareja-quisiera-que-le-explicara-su-urologo

Déficit de Testosterona y fractura de cadera


El déficit de Testosterona puede ocasionar fracturas de cadera.

       Se acaba de publicar un trabajo clínico, realizado por un equipo multidisciplinar del Hospital de Bellvitge de Barcelona, que confirma que los varones con fractura de cadera presentan unos niveles significativamente inferiores de Testosterona.

       En el estudio clínico se han analizado 54 casos frente a 54 controles, con una media de edad de 81 años, durante el período comprendido entre febrero de 2010 y enero de 2011.

       Es sabido que, la pérdida progresiva de la densidad mineral ósea debilita los huesos e incrementa la probabilidad de fracturas. Estas fracturas aumentan con la edad y conllevan una gran mortalidad y morbilidad –problemas médicos añadidos- en la población, siendo mayor en los hombres que en las mujeres.

       Asimismo, el tratamiento sustitutivo androgénico se asocia a un aumento de la densidad mineral ósea en la columna vertebral y en la cadera.

       La mineralización de los huesos es el producto del equilibrio entre la formación ósea por unas células conocidas como osteoblastos y la reabsorción mediada por unas células que llamamos osteoclastos. Cuando la reabsorción predomina sobre la formación se pierde hueso, aumenta la fragilidad del mismo, y por lo tanto, se incrementa el riesgo de fractura.

       Los niveles bajos de Testosterona se han asociado con fracturas de cadera en múltiples trabajos clínicos, especialmente a partir de 1992.

       De todo ello se deduce que, es sumamente importante valorar los niveles de Testosterona en los análisis de sangre de los varones, especialmente por encima de los sesenta años de edad.

¿Qué es la Hiperplasia Benigna de Próstata?

Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) es un término utilizado en Anatomía Patológica, para definir un crecimiento benigno de la próstata, y que, también, es conocido como adenoma.

La próstata, a lo largo de la vida, no siempre tiene el mismo tamaño; así, dado que se alimenta de las hormonas masculinas (testosterona), crecerá a medida que transcurran los años, y, especialmente, a partir de la década de los cuarenta. En términos generales, la próstata sana pesa en torno a los 20-35 gramos, y viene a tener el tamaño de una castaña.

El inconveniente que puede ocasionar la HBP, es que pueda dificultar la salida de la orina al comprimir y obstruir la uretra.

¿Para qué sirve la próstata?

Aunque, a día de hoy, todavía desconocemos mucho sobre la próstata, sabemos que es capaz de segregar unas sustancias que forman parte del semen, y que, sobre todo, son sustancias nutritivas para los espermatozoides; ello facilita su movilidad en el interior de la vagina para ir a buscar al óvulo.

De igual manera, dichas sustancias modifican la acidez vaginal, para que los espermatozoides se encuentren en un medio más propicio y puedan lograr la fertilización.

Otra de sus funciones consiste en contraerse bruscamente en el momento del orgasmo y lanzar con fuerza el semen hacia el exterior.

Es decir, que la próstata es un órgano sexual masculino. Por lo tanto, cuando en una cirugía de cáncer de próstata se extirpa dicha glándula, no va a tener ninguna repercusión para la vida ordinaria del varón.

Ventajas del Láser Verde en el tratamiento de la Hiperplasia Benigna de Próstata

El Láser Verde ha revolucionado la cirugía de la Hiperplasia Benigna de Próstata por los siguientes motivos:

1.- Siempre se puede operar a través de la uretra (el conducto de la orina), sin necesidad de abrir el abdomen.

2.- No hay sangrado durante la cirugía ni en el postoperatorio. Esto es una gran ventaja para aquéllas personas que se están medicando con anticoagulantes (Adiro, Plavix, Sintrom...).

3.- El alta hospitalaria se da a lo largo de las primeras 24 horas.

4.- El postoperatorio es mucho más cómodo, pudiendo realizar su actividad ordinaria en breve tiempo.

5.- Los efectos secundarios de disfunción eréctil e incontinencia de orina quedan minimizados respecto a las otras técnicas quirúrgicas.

En la actualidad se dispone del Láser Verde XPS, que es de última generación, y que permite una mayor rapidez quirúrgica; esto es debido a la mayor potencia de la máquina y al perfeccionamiento de la fibra con la que se trabaja.


Comparativa entre las distintas cirugías

 

 
Resección Transuretral
Cirugía Abierta
   LÁSER                       
Duración Ingreso Hospitalario
   3 -4 días
  6 – 10 días
 12-24 horas
Sangrado
  Siempre
  Siempre
  Mínimo
Transfusión
  2 -8 %
  5 - 25 %
   0,5 %
Incontinencia
  3 -5 %
  5 – 8 %
   0,5 %
Impotencia
  2 - 3 %
  10 – 20 %
   0 %

PCA3. Nuevo marcador del cáncer de próstata


PCA3: nuevo marcador en el diagnóstico del cáncer de próstata

La irrupción del PSA (sustancia específica de la próstata) ha permitido un diagnóstico del tumor de próstata más temprano, lo que permite, hoy en día, que dichos tumores sean diagnosticados en estadios iniciales –localizados-; sin embargo, no existe, todavía, evidencia científica al máximo nivel de que el diagnóstico precoz del cáncer de próstata sea capaz de disminuir su mortalidad. Además, el 74% de las biopsias de próstata, con PSA entre 4 y 10 ng/ml –se considera un PSA normal cuando está por debajo de 4 ng/ml-, son negativas a tumor (según el European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer, publicado en 2005).

El gen DD3 –abreviado como PCA3- fue descubierto en 1999 como un gen altamente hiperexpresado en el cáncer de próstata. La gran diferencia con el PSA es que, su expresión fue 66 veces mayor en el 95% del tejido de cáncer de próstata analizado, frente al tejido normal o a la hiperplasia benigna de próstata.

Recientemente se ha publicado un metaanálisis, por parte de la Agencia de Evaluación de Tecnología Sanitaria de Andalucía, en el que se analizan una selección de 14 artículos médicos, acerca del PCA3, reconociendo unos aceptables índices de validez diagnóstica para el uso en el cáncer de próstata.

La determinación del PCA3 se realiza mediante la recogida de una muestra de orina, tras haber sido realizado un masaje prostático por parte del urólogo. Un cociente superior al punto de corte, establecido en 35, se correlaciona con una mayor probabilidad de obtener una biopsia de próstata positiva.
Se estima, por lo tanto, que el uso del PCA3 proporciona una tasa de ahorro de biopsias entre el 40 y 70% según la literatura médica. Ello nos permite aconsejar al paciente con sospecha de cáncer de próstata, sobre la conveniencia o no, de realizar una bio

martes, 22 de julio de 2014

Varicocele


VARICOCELE

 

¿Qué entendemos por varicocele?

         Son venas dilatadas que aparecen en el cordón espermático –estructura alargada que se encuentra por encima de los testículos y, por donde circula el conducto deferente-. Para entendernos, podríamos decir que el varicocele son varices que aparecen en la bolsa escrotal, justo por encima de los testículos.

 
Conozcamos su Anatomía

         Anatómicamente, por el cordón espermático circula el conducto deferente, que es un tubo fino que lleva los espermatozoides desde los testículos hasta la próstata, donde a través de los conductos eyaculadores y, en el momento del orgasmo, los expulsa al exterior a través de la uretra.

 
        En este cordón circulan también venas, una arteria y fibras nerviosas. Pues bien, la dilatación varicosa de estas venas es lo que entendemos como varicocele. Este, en función de su grado de desarrollo, se puede clasificar en cuatro estadios, siendo el grado I el menos desarrollado, y el grado IV el más desarrollado.

 
        Algunas veces y, en función del tamaño adquirido, por comprensión puede irritar las fibras nerviosas que circulan por el cordón y, puede dar molestias, e incluso en raras ocasiones, puede llegar al dolor. No obstante, lo más frecuente es, que, se comporte como una patología silenciosa.

 

Un poco de Historia…

 
        Celso, en el siglo I a.C. ya describió las venas escrotales dilatadas, e incluso llegó a operarlas a través de una incisión inguinoescrotal.


         Ya en la Edad Media, Abulcasis describió el varicocele como un racimo de uvas que reblandecía el testículo y “causaba dificultad al paciente para caminar y hacer ejercicio”.


         Barwell, cirujano inglés, fue el primero en citar la varicocelectomía –cirugía del varicocele-, y la mejoría posterior de la calidad del semen.


         En 1856 se relacionó la infertilidad con la presencia de varicocele, y Tulloch, en 1955, recomendó su cirugía cuando el varón presentaba infertilidad; así, citó el caso de un varón estéril con varicocele bilateral y azoospermia que, tras la cirugía, normalizó la calidad del semen y pudo dejar embarazada a su esposa.

 

¿Cuál es su importancia?

 

        Con una incidencia en la población general, del 15% y del 30% entre los varones que consultan por infertilidad, la importancia real del varicocele lo da el hecho de que puede disminuir la calidad del semen, llegando a ocasionar infertilidad. El mecanismo es desconocido, pero la hipótesis más creíble es que, al haber varices hay más cantidad de sangre y, por lo tanto, más temperatura. Es conocido que los testículos se encuentran en las bolsas escrotales a un grado inferior que la temperatura corporal, y que, para regularse, pueden ascender o descender en el interior de las bolsas. De alguna manera son capaces de autorregular su propia temperatura.

 

        Pues bien, este aumento de temperatura escrotal, podría afectar a la calidad seminal, e incluso, en grados importantes, puede llegar a disminuir el tamaño testicular.

 

¿Por qué es más frecuente en el lado izquierdo?

 
        El varicocele suele ser más frecuente en el lado izquierdo -90%-, por motivos puramente anatómicos, que paso a explicar:

 
        La sangre venosa, es decir, la que ha dejado el oxígeno en los tejidos y, va cargada de anhídrido carbónico hacia los pulmones, a nivel testicular izquierdo asciende por el cordón espermático y, luego por la vena gonadal, a nivel abdominal, para desembocar en la vena renal izquierda, que es la que lleva la sangre venosa desde el riñón izquierdo a la vena cava. Lo que ocurre es, que, la vena gonadal desemboca en la vena renal en ángulo recto, por lo que es más fácil que la sangre de ésta última caiga sobre la vena gonadal y, descienda hasta el cordón espermático, dilatando sus venas y creando varices.

 
        Sin embargo, en el lado derecho, la vena gonadal desemboca en la vena porta y, además, lo hace en ángulo agudo, con lo que hay menos posibilidad de que la sangre descienda hacia la vena gonadal. Este es el motivo fundamental, por el que el varicocele es de aparición más frecuente en el lado izquierdo.

 
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
 

        1.- Mediante la exploración física: palpando el cordón espermático, si se ordena hacer fuerzas (maniobra de Valsalva),  podemos apreciar que las venas del varicocele se ingurgitan, es decir, se hinchan al llenarse de sangre. El médico Abulcansis (936-1013), lo definía como “un racimo de uvas”.

 
        Si el varicocele es severo, generalmente se acompaña de una disminución en el tamaño del testículo del mismo lado, que puede ser reversible, hasta en un 80%, tras la cirugía –varicocelectomía-.
 

        2.- Mediante ECO-Doppler: es la prueba diagnóstica más precisa en el diagnóstico de esta patología, ya que es capaz de determinar el reflujo de sangre venosa al realizar la maniobra de Valsalva.

 
        Será también de interés el realizar un seminograma, sobre todo en aquéllos varones que estén pensando en su próxima paternidad, cara a determinar la calidad del semen (número de espermatozoides, movilidad y forma de los mismos, etc.), y las posibilidades de padecer infertilidad.

 
¿Cómo se trata?

 
        Si el varicocele únicamente ocasiona molestias, éstas se pueden tratar de forma puntual, con un analgésico o antiinflamatorio moderado, como puede ser el Ibuprofeno.

 
        Cuando paralelamente existe disminución del tamaño testicular, o aparece infertilidad, se aconseja realizar cirugía sobre el varicocele.
 

¿Cómo es la cirugía?

 
 Pues habitualmente se realiza una incisión a nivel inguinal (técnica de Ivanissevich); como si fuera una hernia, bajo anestesia epidural (pinchazo en la espalda, como la anestesia que se aplica en el momento del parto) y, al llegar al cordón espermático, se identifican las venas varicosas y se seccionan. El ingreso suele ser de un día y, la recuperación puede ser de una semana, aunque el control seminal se realizará a los cuatro meses para comprobar y evaluar los cambios obtenidos.

 
        En el hipotético caso de que recidive, se pueden embolizar las venas que queden dilatadas; esta técnica se realiza  mediante control radiológico, impidiendo que la sangre circule por ellas, por lo que, para entendernos, quedan “secas”.

 
¿Cuándo está indicado operarlo?

 
a)   Cuando es de aparición prepuberal –antes de la pubertad-, para prevenir la posible aparición de infertilidad.

b)  En pacientes no fértiles, con alteraciones en la calidad seminal.

c)   Cuando el varicocele ocasiona molestias.

d)  En adolescentes en los que además existe una disminución objetiva del tamaño del testículo.

 

Si la indicación es por infertilidad, la cirugía mejora los parámetros seminales en un 60% de los casos y, se logra embarazo en el 40%.

 

 

Recuerde
 
·  El varicocele no tiene por qué causar dolor.
·  Es más frecuente en el lado izquierdo.
·  Puede producir infertilidad.
·  No todos los varicoceles hay que operarlos.
 

 

 

Masas a nivel testicular


MASAS A NIVEL DEL TESTÍCULO Y ESCROTO

 
Cuando nos encontramos con un testículo aumentado de tamaño, o con un bulto, habrá que determinar si estamos ante un proceso benigno o maligno.

Dentro de los procesos benignos tenemos:

 
1.- Hidrocele: se trata de una colección de líquido que se encuentra alrededor del testículo, pues lo producen dos capas –especie de camisetas- que se sitúan alrededor de él. Por tal motivo, fue llamado en la antigüedad, “hernia acuosa”. Es el proceso escrotal benigno más frecuente y, se calcula que afecta al 1% de los varones.

 
Se diagnostica con facilidad mediante ecografía. A la exploración física se contempla una bolsa escrotal aumentada de tamaño, tensa, dura y, no dolorosa.

 
 Se plantea tratarlo, cuando por el tamaño origina molestias, o representa un efecto antiestético para el paciente. El tratamiento puede ser, pinchar el hidrocele y evacuarlo, mediante aspiración del líquido, e inyectando posteriormente una sustancia que va a ocasionar una reacción inflamatoria de las capas que producen el hidrocele, evitando así la reaparición del mismo. Esta técnica tiene un índice de fracasos del 50%.

 
La técnica definitiva es la cirugía, en la que se realiza una técnica especial que impide la recidiva del mismo. Puede realizarse con anestesia local y sedación, en régimen ambulatorio (no requiere ingreso hospitalario). En el postoperatorio es frecuente que exista una inflamación importante, dejando el escroto duro (como una piedra), durante un tiempo variable, pero que puede, incluso, sobrepasar el mes.

 2.- Espermatocele: es un quiste que contiene esperma, y que se origina en la cabeza del epidídimo -parte superior del testículo-. No se conocen bien las causas por las que se origina, pero independientemente de ello, se recomienda su extirpación sólo cuando es grande y da síntomas.

 
3.- Varicocele: es la dilatación varicosa de las venas del cordón espermático. (Ver el capítulo correspondiente).

 

4.- Hernia inguinal: en ocasiones, las hernias se pueden introducir en la bolsa  escrotal simulando un tumor, debido a la presencia del contenido intestinal.

 

5.- Quiste de epidídimo y cordón espermático: son relativamente frecuentes, y tienen las mismas indicaciones quirúrgicas que las del espermatocele.

 

 

Tumores malignos

 

        Son más habituales en testículos que no han descendido a la bolsa escrotal –criptorquidia-, y cuatro veces más frecuente en México, o en la raza caucásica (6 casos por cada cien mil habitantes, en los países escandinavos), que en China, o en la raza negra de Estados Unidos de Norteamérica.

 
        Lo más frecuente es que asiente en un solo testículo, aunque en un 1-2% puede hacerlo de forma bilateral, siendo la edad más frecuente entre los 20 y 40 años; es el tumor más frecuente entre los jóvenes, después de la leucemia y los linfomas.

       
Como la mayoría de los tumores, se desconocen las causas por las que pueden aparecer células cancerígenas a nivel testicular. Se ha publicado la existencia de historia familiar de tumores testiculares, entre un 10 y un 15%. No está demostrado que los traumatismos originen estos tumores, pero se han visto numerosos casos (yo tengo reflejados dos, dentro de mi casuística personal), en los que coinciden en el tiempo, el traumatismo y la presencia del tumor. Por otra parte, sí que se ha observado que son más frecuentes en aquellos pacientes que han desarrollado el SIDA.

 
Existen varios tipos, siendo el más frecuente el llamado seminoma (35%).

 Generalmente se presentan como un bulto o nódulo, a nivel del testículo, no doloroso, y de consistencia dura, como si fuera una piedra. La Ecografía es en un inicio la mejor prueba diagnóstica y, la más sencilla, barata e inocua; permite incluso, la detección de lesiones dentro del parénquima testicular, que no se detectan con la palpación.

 Asimismo, se pueden solicitar marcadores tumorales en el análisis de sangre, como la lácticodeshidrogenasa (LDH), alfa-fetoproteína (AFP), y la hormona gonadotropina coriónica  humana (B-HCG).

  Su tratamiento es la cirugía, con extirpación del testículo por vía inguinal. Posteriormente, en función de la extirpe celular y, por lo tanto, del grado de malignidad, se planteará realizar tratamiento complementario con quimioterapia y/o radioterapia.

 La extirpación de un testículo no implica disminución de la virilidad, ya que el testículo restante, mantiene la producción normal de testosterona (hormona masculina).

 
 
Autoexploración escrotal

 
        Conviene realizarla después de la ducha o baño caliente, cuando la piel del escroto se encuentra más laxa y relajada. Tome un testículo con una mano y, hágalo rodar o deslizar entre los dedos índice y pulgar; de esta forma sabrá si existe algún bulto o nódulo. Palpe después el cordón espermático hacia la zona inguinal. Repita el proceso en el testículo contralateral. Cualquier anomalía encontrada, no dude en consultarla con su médico.

 

 

 

Recuerde
 
·        No todo bulto en el testículo es un tumor.
·        Realice, periódicamente, una autoexploración del escroto.
·        Es importante un estudio de toda lesión escrotal, para etiquetar su naturaleza y plantear el tratamiento adecuado, si es que lo precisa.
·        Hoy en día, existe un altísimo porcentaje de curaciones en el cáncer de testículo, pero para ello, requiere de un diagnóstico temprano.
 
 

 

 

Orquitis


ORQUITIS,  EPIDIDIMITIS Y ORQUIEPIDIDIMITIS

 

¿Qué son?

 
La orquitis es una inflamación del testículo, lo más frecuente de origen infeccioso, y que en este caso suele ser ocasionada por gérmenes responsables de las infecciones de orina y, que a su vez, pueden afectar a la vía seminal.

 
La epididimitis, es una inflamación del epidídimo -estructura en forma alargada, como si fuera un gusano, que se encuentra detrás del testículo y, que es donde maduran los espermatozoides-. A su vez, puede ser de origen infeccioso o no.

 
La afectación conjunta del testículo y del epidídimo, es conocida como orquiepididimitis. Una de las causas frecuentes suele ser la traumática (balonazo, patada, accidente en moto, etcétera).

 

¿Qué síntomas dan?

 
Se manifiestan con dolor intenso a nivel del escroto, asociado al aumento de su tamaño y enrojecimiento. Cuando la causa es infecciosa, se acompañan de fiebre de más de 38º y, suele haber (no es obligatorio) clínica de infección de orina, con escozor al orinar (que puede llegar al ardor), y aumento de la frecuencia de las micciones.

 

¿Cómo las diagnosticaremos?

 
Además del examen físico (exploración), se aconsejará realizar ECO escrotal y cultivo de orina con antibiograma –análisis en el que se detecta qué antibióticos son los adecuados para tratar el germen que ocasiona la infección- .

 
Una cosa que habrá que hacer es, no confundirlo con la Torsión Testicular; en este caso, puede ser muy interesante, para su diagnóstico, la realización de ECO-Doppler color de alta resolución, que observará si existe o no circulación de sangre arterial al testículo.

 

¿Cómo se tratan?

 
El tratamiento de la orquiepididimitis infecciosa bacteriana será antibiótico, y como mínimo, durante 3 semanas. Se aconsejará, también, la administración de antiinflamatorios durante los primeros días (al menos una semana) y, llevar la bolsa escrotal elevada, mediante un slip o suspensorio, pues esto reduce las molestias; asimismo, puede ayudar la colocación de una bolsa de hielo debajo del escroto.

 
La sospecha de la Torsión Testicular puede llevar al Cirujano/Urólogo a plantear una cirugía de urgencia, con el fin de lograr un diagnóstico definitivo y certero.

 
Existe un caso especial, denominado Orquitis Urliana, que no es más que la orquitis ocasionada durante el transcurso de unas paperas (parotiditis). En este caso, el tratamiento será a base de reposo y fármacos, para aliviar el dolor y la inflamación; no se administrarán antibióticos, ya que la parotiditis es ocasionada por virus.

 
El traumatismo escrotal se comporta similar a una orquiepididimitis, en cuanto a dolor e inflamación, pero aquí no existe componente infeccioso, por lo que no será necesario tratar con antibióticos; sí que se aplicará la bolsa de hielo debajo del escroto y, la asociación de antiinflamatorios, durante un tiempo variable en función de la evolución del proceso. Si a pesar de estas recomendaciones, el testículo continúa inflamado (hinchado), salen hematomas (moratones), y persiste el dolor, conviene ser atendido por un médico, ya que un traumatismo testicular no tratado convenientemente puede acarrear complicaciones graves.

 

 

Recuerde
 
·  El origen más frecuente de una orquiepididimitis es el infeccioso.
·  Habrá que establecer un diagnóstico diferencial con la torsión de testículo.
·  Es importante iniciar un tratamiento precoz.
·  El antibiótico, si la causa es bacteriana, se tomará, como mínimo, durante tres semanas (su médico se lo especificará).
·  Rara vez afecta a la calidad del semen.
·  No contagia a la pareja.
·  No es causa de impotencia.
 
 

Criptorquidia


CRIPTORQUIDIA

 

¿Qué es?

 
        También conocida como maldescenso testicular, es la anomalía más frecuente del tracto genitourinario en niños (1%). En prematuros menores de 30 semanas, esta cifra puede llegar incluso al 30%.

 
        Es más frecuente en el lado derecho (70%), y puede ser bilateral entre un 10 y 20% de los casos. En un 3% es debido a que no existe testículo.

 
        Existen dos grandes grupos de maldescenso testicular:

 
a)   Testículo no palpable: no se encuentra el testículo, bien porque no existe o porque es inaccesible a la palpación por estar en el abdomen (conocido como testículo intraabdominal).

 

b)  Testículo palpable: se evidencia el testículo, pero está fuera del escroto (que es su correcta ubicación). Dentro de este gran grupo los podemos a su vez clasificar en:

 

·        Testículo no descendido palpable: situado en el trayecto normal de descenso testicular, pero sin lograr hacerlo, o que si lo hace, al soltarlo, vuelve a subir inmediatamente.

·        Testículo ectópico: se encuentra fuera de la bolsa escrotal y deltrayecto normal de descenso testicular.

·        Testículo retráctil (o en “ascensor”): de localización inguinal que, con maniobras manuales, se puede llegar a descender, pero que nuevamente, tras un reflejo cremastérico (músculo del escroto), puede volver a ascender.

·        Testículo ascendido: es el testículo que estuvo en el escroto en los primeros años de vida, y que, posteriormente, ascendió al canal inguinal.

 
¿Qué importancia tiene?

 
        Se sabe que el testículo, fuera de su localización escrotal, puede ver afectada su fisiología (buen funcionamiento) y bioquímica, habiendo más probabilidades, incluso, de degenerar en tumor.

 

¿Se puede tratar mediante hormonas?

 
        El tratamiento hormonal se ha utilizado con mucha frecuencia, pero en 2007 se publicó un trabajo (metaanálisis) nórdico, por el que no se recomiendan los tratamientos hormonales, debido a su baja efectividad y a sus posibles efectos secundarios sobre la espermatogénesis. Por lo tanto, el tratamiento recomendable será el quirúrgico (orquidopexia), excepto en los testículos retráctiles “en ascensor”, en cuyo caso se realizará un seguimiento médico anual, dado que un 30% de ellos tiene el riesgo de ascender.

 

¿A qué edad es aconsejable realizar la cirugía?

 

        La edad de la orquidopexia -como así se llama a esta intervención quirúrgica-, ha ido disminuyendo con el tiempo para mejorar la fertilidad en la edad adulta. Actualmente se recomienda entre los 6 y 12 meses de edad, y como máximo antes de los 18 meses.