sábado, 21 de noviembre de 2015

Resultados de tres trabajos clínicos



Una Encuesta Nacional de Salud revela que el 17% de los adultos sufre obesidad, es decir, tiene un Índice de Masa Corporal  (IMC) igual o superior a 30 kg/m2, lo que representa casi un 10% más que hace 25 años. Si se tiene en cuenta, también,  el sobrepeso -entre 25 y 30 kg/m2-, el porcentaje de afectados alcanza el 53,7%.

       Se estima que el 79% de los hombres que presenta disfunción eréctil tienen un IMC de 25 kg/m2 o mayor. Un IMC en el intervalo de 25-30 kg/m2 se asocia a 1,5 veces más riesgo de disfunción sexual, y en el rango de más de 30 kg/m2, a 3 veces más de riesgo.

       Los varones con exceso de peso suelen sufrir, además, una reducción en la producción de testosterona –hormona masculina-, lo que afecta a la libido –apetito sexual- y a la calidad de erección, además de que suelen llevar asociados otros trastornos que, también contribuyen a la disfunción eréctil.

       Así, se calcula que más de 2 millones de españoles sufren disfunción eréctil, aunque la prevalencia aumenta con la edad. De esta manera, entre los 18 y los 40 años afecta al 17%; entre los 41 y los 70 años al 47%, y a partir de los 71 años, al 72%.

       Esto vendría ligado al trabajo clínico publicado en “The American Journal of Cardiology”, donde los autores dicen haber comprobado que, los varones que mantenían relaciones sexuales dos veces por semana tenían hasta un 50% menos de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, frente a los que tenían una vez al mes. Podríamos pensar que, al no haber disfunción eréctil, el varón está expuesto a menos factores de riesgo cardiovascular, por lo tanto, menos posibilidades de eventos patológicos.

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       Un meta-análisis de 8 estudios de prevalencia en población general española, llevado a cabo por los doctores Javier Damián y Roberto Pastor-Barriuso, del Centro Nacional de Epidemiología, perteneciente al Instituto Carlos III, ha concluido que un 23,6% de mujeres sufre, en España, de incontinencia de orina, frente a un 9,6% de varones. Así, el número de personas  con dicho trastorno podría superar los 6 millones, lo que supone el 16,7% de la población adulta.

       En cuanto a las edades, se observa que al llegar a los 65 años, se ven incrementados en casi 12 puntos en el caso de las mujeres y en más de 7 puntos en el caso de los hombres.

       Otro aspecto relevante es que, el 80% de las mujeres incontinentes, un año después de la valoración inicial, confesaban que les mermaba su calidad de vida, conllevando sentimientos de aislamiento personal, además de un rechazo social.


       Los expertos consideran importante recordar que este trastorno es una de las condiciones patológicas que menos se consulta con los profesionales sanitarios, por vergüenza o por simple aceptación de la misma como una consecuencia normal de la edad. Sin embargo, hoy en día, se le puede dar solución; de ahí la importancia de consultarlo con su médico.