Una Encuesta Nacional de Salud revela que el 17% de
los adultos sufre obesidad, es decir, tiene un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o superior a 30 kg/m2, lo que
representa casi un 10% más que hace 25 años. Si se tiene en cuenta,
también, el sobrepeso -entre 25 y 30
kg/m2-, el porcentaje de afectados alcanza el 53,7%.
Se estima que el 79% de los hombres que
presenta disfunción eréctil tienen un IMC de 25 kg/m2 o mayor. Un IMC en el
intervalo de 25-30 kg/m2 se asocia a 1,5 veces más riesgo de disfunción sexual,
y en el rango de más de 30 kg/m2, a 3 veces más de riesgo.
Los varones con exceso de peso suelen
sufrir, además, una reducción en la producción de testosterona –hormona
masculina-, lo que afecta a la libido –apetito sexual- y a la calidad de
erección, además de que suelen llevar asociados otros trastornos que, también
contribuyen a la disfunción eréctil.
Así, se calcula que más de 2 millones de
españoles sufren disfunción eréctil, aunque la prevalencia aumenta con la edad.
De esta manera, entre los 18 y los 40 años afecta al 17%; entre los 41 y los 70
años al 47%, y a partir de los 71 años, al 72%.
Esto vendría ligado al trabajo clínico
publicado en “The American Journal of
Cardiology”, donde los autores dicen haber comprobado que, los varones que
mantenían relaciones sexuales dos veces por semana tenían hasta un 50% menos de
probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, frente a los que tenían una
vez al mes. Podríamos pensar que, al no haber disfunción eréctil, el varón está
expuesto a menos factores de riesgo cardiovascular, por lo tanto, menos
posibilidades de eventos patológicos.
*****
Un meta-análisis de 8 estudios de
prevalencia en población general española, llevado a cabo por los doctores
Javier Damián y Roberto Pastor-Barriuso, del Centro Nacional de Epidemiología,
perteneciente al Instituto Carlos III, ha concluido que un 23,6% de mujeres
sufre, en España, de incontinencia de orina, frente a un 9,6% de varones. Así,
el número de personas con dicho
trastorno podría superar los 6 millones, lo que supone el 16,7% de la población
adulta.
En cuanto a las edades, se observa que al
llegar a los 65 años, se ven incrementados en casi 12 puntos en el caso de las
mujeres y en más de 7 puntos en el caso de los hombres.
Otro aspecto relevante es que, el 80% de
las mujeres incontinentes, un año después de la valoración inicial, confesaban
que les mermaba su calidad de vida, conllevando sentimientos de aislamiento
personal, además de un rechazo social.
Los expertos consideran importante
recordar que este trastorno es una de las condiciones patológicas que menos se
consulta con los profesionales sanitarios, por vergüenza o por simple
aceptación de la misma como una consecuencia normal de la edad. Sin embargo, hoy
en día, se le puede dar solución; de ahí la importancia de consultarlo con su
médico.