jueves, 28 de agosto de 2014

Las cuatro señales que avisan de un posible infarto de corazón

Las enfermedades cardiovasculares causan el 31,2% de las muertes en España y, entre estas, la mitad son provocadas por el infarto de miocardio (músculo del corazón).

Los ataques del corazón se producen cuando se obstruyen las arterias coronarias, lo que provoca un riego sanguíneo insuficiente y, en pocos minutos, puede causar una muerte súbita.

Por otra parte, aproximadamente la mitad de los pacientes con infarto de miocardio presentan síntomas de advertencia antes del incidente. Estos síntomas se suceden de manera gradual, en el transcurso de varios minutos, y detectar a tiempo cualquiera de ellos es esencial para evitar que el infarto provoque un daño irreparable.

Los primeros minutos a partir del momento en que se suceden los síntomas son vitales: el 75% de las muertes se producen en la primera hora desde el instante en que nos damos cuenta de que algo no marcha bien. La buena noticia es que, si actuamos rápido y llegamos al hospital a tiempo, la probabilidad de sobrevivir es del 95%.

Estas son las principales señales que pueden indicar la presencia de un ataque al corazón:

1. Fatiga y dificultades respiratorias:
La disnea, o dificultad para respirar, aparece antes de numerosos infartos, particularmente entre las mujeres, y puede comenzar meses antes de que suframos un ataque al corazón. Normalmente está acompañada de una gran fatiga.

2. Sudoración excesiva:
Sudar más de lo habitual, aunque no estemos haciendo ejercicio, puede ser una señal de que nuestro corazón tiene un problema. El bombeo de sangre a través de arterias obstruidas requiere que nuestro corazón haga un esfuerzo mayor al habitual, la temperatura corporal aumenta debido a este esfuerzo y nuestro cuerpo suda para tratar de mantenerla a raya.

3. Indigestión, nauseas y vómitos:
En ocasiones los paros cardiacos vienen precedidos por problemas digestivos, que incluyen nauseas y vómitos.

4. Dolor en el pecho
Aunque no todos los infartos están precedidos de dolor en el pecho, este es el síntoma más frecuente y más fácilmente reconocible. El dolor torácico es, por lo general, prolongado –dura en torno a 15 minutos– y se percibe como una presión intensa en el pecho, que puede extenderse hasta la espalda, los brazos y los hombros, sobre todo en el lado izquierdo (zonas que pueden llegar a dolernos más que el propio pecho). El dolor puede no ser continuado: en numerosas ocasiones viene y va, pero el infarto llegará tarde o temprano.

Por desgracia, en torno a un cuarto de los infartos son silentes, es decir: aparecen sin dolor de pecho y ningún otro síntoma; pero el resto pueden evitarse si estamos atentos a los síntomas descritos.

martes, 19 de agosto de 2014

Escherichia Coli: una bacteria de cuidado


La Escherichia Coli (E. Coli) es una bacteria que se encuentra en el intestino humano y de otros animales. Hay muchos tipos diferentes de esta bacteria y, aunque la mayoría son inofensivos, sin embargo, algunos son capaces de producir enfermedades relacionadas con el tracto urinario y gastrointestinal.

En general, podemos decir que E. Coli presenta la peculiaridad de adherirse a la superficie interna (mucosa) de la vía urinaria, a través de unas estructuras que denominamos adhesinas o fimbrias. Por tanto, el grado de infectividad bacteriana irá en paralelo con la capacidad de adherencia de E. Coli. Inicialmente colonizará la vejiga, originando una infección urinaria que conocemos como cistitis; pero si la infección asciende hasta el riñón, puede desencadenar una infección del mismo que se etiqueta con el término pielonefritis. En el varón, si existe una dificultad para eliminar la orina (véase, en los problemas de próstata), ésta retrocede introduciéndose por los conductos eyaculadores de la próstata; ello puede afectar a su parénquima, originando una infección de la próstata que conocemos como prostatitis.

Ahora bien: entre los tipos de E. Coli, hay algunos que originan gastroenteritis; estas pueden ser desde leves hasta graves; así, el E. Coli enterohemorrágico, que se destaca por su patogenicidad puede ocasionar desde dolores estomacales con vómitos y diarreas sanguinolentas, hasta un cuadro clínico conocido cono síndrome hemolítico urémico, que se caracteriza por anemia hemolítica (destrucción de los glóbulos rojos), trombopenia (disminución del número de plaquetas) e insuficiencia renal aguda que, con frecuencia, requiere hemodiálisis. La mayoría de las personas se recupera en unas semanas, pero, en ocasiones, el daño es permanente, afectando al hígado, al páncreas e incluso al sistema nervioso central.

¿Pero cómo se contagian los E. Coli que ocasionan gastroenteritis?  Pues se transmiten vía oral, al ingerir agua o alimentos contaminados; pero, también, puede transmitirse a través del contacto directo con personas o animales infectados, aunque esta última vía sea más infrecuente.

Esta bacteria puede propagarse a través de las personas que no se lavan las manos después de ir al baño, o de cambiar el pañal al niño. ¿Cuántas son las personas que, todavía, a día de hoy, no se lavan las manos después de pasar por el baño? ¡Muchas, demasiadas! Este es un hábito que hay que insistir hasta el aburrimiento.

Es fundamental, también, lavarse muy bien las manos antes de cocinar y siempre que se haya estado en contacto con animales. Importantísimo evitar las contaminaciones cruzadas, como el hecho de usar el mismo cuchillo para cortar carne y después para otros alimentos, sin antes haberlo lavado con agua y jabón.

Igualmente, es aconsejable lavar bien los alimentos vegetales, ya que las bacterias pueden contaminar los abonos animales empleados en agricultura y sobrevivir en la superficie de las verduras; así que, mucho cuidado con las ensaladas y a lavarse las manos con frecuencia.

jueves, 14 de agosto de 2014

Nociones elementales sobre el cáncer de pene

El cáncer de pene se presenta como una lesión que puede brotar en toda la piel que recubre el pene, en la capa interna del prepucio o en el glande. Si se le deja evolucionar puede afectar gradualmente a todo el cuerpo del pene. Este tumor se relaciona principalmente con infecciones que pueda haber en el órgano masculino.

El diagnóstico es relativamente sencillo, pues se trata de una lesión visible. El problema es que hay hombres que no lo detectan, porque si está debajo del prepucio, y no mantienen una adecuada higiene, ni lo tocan ni lo ven hasta que es relativamente grande. Pero es importante aclarar que no quiere decir que cualquier lesión cutánea sea cáncer de pene ya que es la más infrecuente de todas las lesiones en el órgano del hombre.

Afortunadamente, el cáncer de pene tiene una curación única y eficaz: la cirugía. Si el tumor se coge en una fase en la que está localizado y no existe ni afectación de ganglios, ni a distancia (metástasis), entonces hay una alta probabilidad de curarlo con la cirugía.

Existe una relación con la práctica de la circuncisión, pues en la raza judía apenas aparece cáncer de pene, y en aquellas sociedades en las que se practica la circuncisión hay menos incidencia de este tumor. Bien es cierto, que una higiene habitual, eliminado el esmegma (secreción que se produce entre el pene y la cara interna del prepucio), también disminuye el riesgo de padecer dicho tumor.

Existe un nexo entre el cáncer de pene y el papiloma humano, de tal manera que, en un 50% de los cánceres de pene aparecen papiloma virus (VHP), aunque que la mayoría del VHP no tiene capacidad maligna.

El virus del papiloma humano es una viriasis que produce una pequeña verruga. Se transmite sexualmente y se trata de una lesión con apariencia de verruga que aparece, tanto en el aparato genital como cerca del ano.

Para curar estas verrugas hay que quitar las lesiones: o dar un tratamiento tópico (sobre la piel), con un líquido que las queme, o bien extirpar quirúrgicamente bajo anestesia local.

Diez consejos para hablar con el médico de problemas sexuales

CONSEJO 1 → Confía en tu médico. No le va a sorprender tu problema de salud sexual porque no eres la única persona con problemas de erección que llega a su consulta. Te escuchará atentamente. El 70% de los hombres cree que los médicos están acostumbrados a que los pacientes les cuenten sus problemas sexuales.

CONSEJO 2 → Utiliza un lenguaje sencillo y claro. Es mejor que emplees palabras con las que te sientas cómodo y te puedas explicar claramente.

CONSEJO 3 → No omitas información o mientas. La vergüenza y la timidez llevan a maquillar los síntomas y la gravedad de los mismos, lo que es contraproducente en la búsqueda de una solución. Si mientes a tu médico, éste no sabrá emitir un diagnóstico correcto, por lo que el tratamiento puede no alcanzar el éxito que deseas.

CONSEJO 4 → Empieza hablando de tu estado de salud en general. Lo puedes relacionar con otros síntomas como el cansancio o el estrés, si ves que no eres capaz de abordar el tema directamente.

CONSEJO 5 → Pregunta si no comprendes lo que te dice tu médico. Existe un alto número de hombres que no entienden la terminología con la que su médico aborda estos temas. Si no preguntas tus dudas, el doctor pensará que entiendes todo, y seguirás sin entender lo que te quiere decir.

CONSEJO 6 → Anota las dudas antes de volver al médico. De esta manera podrás hablar sobre ellas en la consulta y no se te olvidarán temas que te preocupan.

CONSEJO 7 → Apunta la información que te da el médico. Te puede ayudar a recordar las instrucciones de una manera correcta. En muchas ocasiones, será él quien te lo dé por escrito.

CONSEJO 8 → Participa en la toma de decisiones junto con el médico.

CONSEJO 9 → Apóyate en tu pareja. Ella te entiende y estará durante todo el proceso en busca de una solución a tu disfunción eréctil. Sabemos que el 35% de los hombres no se muestra partidario de acudir con su pareja a una primera consulta para tratar temas sexuales.

CONSEJO 10 → Responsabilízate de tu bienestar. Los problemas de salud sexual no dejan de ser un problema de salud y tienen solución, así que acude a tu médico.

http://www.bubok.es/libros/236737/Urologia-para-la-pareja-Lo-que-toda-pareja-quisiera-que-le-explicara-su-urologo

Campaña de concienciación sobre la eyaculación precoz

Imagen de la campaña

Imagen de la campaña "Not just a moment" (No es el momento) de concienciación sobre la eyaculación precoz. 
   
Para hacer frente a esa situación nació esta iniciativa internacional.

Aunque se trata de una disfunción sexual masculina, la eyaculación precoz “no es un problema solo de los hombres, sino de la pareja”, pusieron de relieve, en su día, los expertos internacionales que participaron en la puesta de largo de la campaña, avalada por la Sociedad Europea de Medicina Sexual (ESSM).

Bochorno y vergüenza es lo que sienten los afectados y es la principal razón por la que no hablan del problema ni acuden al médico. También suele ocurrir que muchas veces los afectados no lo perciben como un problema médico real, con causas y tratamientos disponibles.

Y si en el hombre produce vergüenza, en la mujer, frustración. Pero ella, según los expertos, puede jugar un papel fundamental en la solución.

De ese papel habló la doctora Alexandra Graziottin, quien señaló que en un 20 o un 30 por ciento de las parejas, el hombre es responsable de la falta de satisfacción sexual de la mujer.

“El inductor del problema en la sombra es el hombre”, insistió esta experta italiana, quien aseguró que la mujer insatisfecha se vuelve más agresiva y se enfada más fácilmente.

“¿Qué le pasa?, ¿por qué es tan egoísta?, ¿por qué solo piensa en él?”. Son algunos de las preguntas que se plantea la mujer cuando su pareja sufre eyaculación precoz. Interrogantes que muchas veces desembocan en una crisis de pareja.

Por ello, esta doctora pidió a la mujer que anime a su pareja a pedir ayuda y que le acompañe al médico “sin vergüenza, porque hay solución”.

Afortunadamente, hoy en día disponemos en las farmacias de un fármaco adecuado para este trastorno, por lo que merece la pena consultar con su médico.

La imagen de la campaña -dos cerillas apoyadas en la almohada de una cama, una de ellas encendida y la otra apagada- y el mensaje “¿No es el mejor momento mucho más que solo un momento?”, quiere transmitir la importancia de elegir siempre el “momento más adecuado” y de buscar el equilibrio y la compenetración con la pareja.

La iniciativa, que cuenta con el apoyo científico de un comité de expertos formado por once eminentes representantes de todo el mundo, se implementará en toda Europa y cuenta con una web informativa (www.notjustamoment.com).

¿Se puede mantener relaciones sexuales tras un infarto de miocardio?

¿Puedo morir durante el acto sexual después de haber sufrido un ataque al corazón? Este es, de forma cruda y descarnada, el principal interrogante que se plantean quienes han sufrido un infarto de miocardio (el músculo del corazón) y se disponen a retomar su vida de pareja.

Tras sufrir un infarto el paciente cardíaco se replantea todos los quehaceres cotidianos, por lo que le asaltan algunas preguntas y temores sobre su vida sexual.

Así, la ausencia de actividad sexual en la pareja tras un infarto de miocardio puede ser consecuencia del miedo a la muerte durante el coito; sin embargo, los casos de fallecimiento durante el acto sexual ocurren en un porcentaje muy bajo.

Desde la Fundación Española del Corazón ( FEC), nos recuerdan que, en un estudio de referencia sobre 5.559 casos de muerte repentina por causas no traumáticas, solo 34 de ellos se produjeron durante el coito por un fallo cardiaco.

Según este estudio publicado en Japón, en 27 de esas 34 relaciones, la persona fallecida estaba realizando el acto sexual con una pareja distinta de la habitual. Indudablemente, factores como la ansiedad, mayor excitación, sentimientos de culpa, necesidad de quedar bien, etc., pueden aumentar el riesgo.

Sin embargo, durante el acto sexual, los gastos energéticos son similares a los que genera subir dos pisos de escaleras; la frecuencia cardiaca es inferior a la que se produce durante otras actividades normales de la vida cotidiana, y el esfuerzo físico que se requiere podría calificarse de moderado, lo que en principio no traería ninguna complicación.

Se aconseja reanudar las relaciones sexuales tras un entrenamiento físico y psicológico adecuado y progresivo, gracias al cual se aprende a detectar cuáles son las respuestas físicas del cuerpo después de un esfuerzo. En líneas generales, pueden reanudarse a las dos semanas del alta hospitalaria, consultando siempre con su cardiólogo.

Si la persona puede caminar y subir una pendiente durante más de seis minutos, o subir a pie dos pisos, también está capacitada para volver a practicar sexo sin problemas, ya que las necesidades del corazón durante el coito son menores.

Los cardiólogos señalan que la medicación no debe condicionar la práctica sexual. Si al paciente le han recetado nitroglicerina en parche, durante el coito no se lo ha de retirar, sino colocarlo en lugares que no le molesten, ya que este adhesivo puede ponerse en brazos, espalda, abdomen y pecho.

Mantener relaciones sexuales no solo no supone un mayor riesgo para la salud en los pacientes que han sufrido cardiopatías o que padecen una enfermedad cardiovascular, siempre que su estado sea estable, sino que además es recomendable porque su carencia acarrea consecuencias negativas ya que suele relacionarse con la ansiedad y la depresión, según expertos de la Sociedad Americana del Corazón (American Heart Association-AHA), de Estados Unidos.

¿Pero cuándo es recomendable reanudar las relaciones sexuales?

Según el doctor Glenn Levine, investigador del Baylor College of Medicine de Houston (EE.UU.) y miembro de la AHA,  “la actividad sexual aporta una mayor calidad de vida a personas que sufren alguna enfermedad cardiovascular  y también a sus parejas”.

“Algunos pacientes con este tipo de enfermedades tienden a posponer sus relaciones sexuales pese a que es relativamente seguro para ellos“, reconoce el Dr. Levine, quien explica que, la probabilidad de sufrir dolores en el pecho o ataques al corazón es reducida en el lapso que dura un encuentro erótico.
Aunque el doctor Levine reconoce que “para algunos pacientes, como los que sufren una enfermedad cardiaca severa y presentan síntomas incluso en reposo, puede ser razonable aplazar su actividad sexual hasta que hayan sido debidamente evaluados y estabilizados por sus facultativos”.
El ejercicio físico regular y la rehabilitación pueden reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares en quien ha sufrido un ataque al corazón o insuficiencia cardíaca, añade la AHA.

Según un documento de la AHA, durante los juegos preliminares aumentan levemente la presión arterial sistémica sistólica y diastólica y la frecuencia cardíaca, y durante la excitación sexual estas variables sufren aumentos transitorios moderados. Los mayores aumentos se producen durante los 10 a 15 segundos del orgasmo y, a partir de entonces, la presión arterial sistémica y la frecuencia cardíaca retornan rápidamente a sus niveles de base.

“La mayoría de los pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio, deberían recuperar a los 15 o 30 días una actividad sexual similar a la que mantenían antes del episodio cardiovascular”, según el doctor José María Maroto, director Unidad Rehabilitación Cardíaca ECOPLAR Mirasierra.

Para este cardiólogo, autor del libro ‘Corazón e infarto 101 preguntas esenciales para los enfermos y sus familias’, “el sexo tras una cardiopatía es recomendable para el corazón, tanto por el ejercicio realizado, como por su efecto para la recuperación de la autoestima y la vida normal”.

El 67% de los varones con disfunción eréctil consultan al médico sin su pareja

Esta es una de las conclusiones de un trabajo clínico que se ha realizado, en España, sobre la disfunción eréctil.

La prevalencia de la disfunción eréctil en España es del 18,9% en hombres de 25 a 70 años de edad. Pero para solventar el problema es fundamental el papel de la pareja; ésta debe ser comprensible e intentar ayudar en todo lo posible, en vez de hacer que el varón se sienta culpable, lo que aumentará la carga de ansiedad, y por ende, dificultará que aparezca una buena erección.

Pero los hombres todavía se muestran reticentes a compartir el problema y a implicar a la pareja en el proceso de diagnóstico y tratamiento.

Así, según dicho trabajo clínico, la mayoría de los hombres que padecen disfunción eréctil tienen un sentimiento de culpabilidad por no poder satisfacer a su pareja.

Una situación que les causa estrés, además de inseguridad (valorada entre 5,2 y 6,3 sobre 7, según las comunidades autónomas), y les hace volverse por lo general más reservados.

Tal vez por ello, en la mayoría de los casos el varón acude solo a la consulta del médico, y aunque la pareja apoya que se someta a tratamiento, tampoco es común que lo fomente.

La disfunción eréctil es una señal de alarma de enfermedades cardiovasculares y otras patologías de tipo metabólico, como la diabetes mellitus o la hipercolesterolemia (aumento de los niveles de colesterol en sangre), de ahí que sea considerado por los médicos como “síntoma centinela”, tal y como lo constatan diversos estudios clínicos; entre ellos, el publicado por el doctor Montorsi, en el que se observa que una mayoría significativa de individuos con disfunción eréctil sufre un accidente cardiovascular entre dos y tres años después de la aparición de los primeros problemas de erección.
Por ello, los expertos recuerdan la importancia de llevar un estilo de vida saludable y de que los hombres acudan a revisión urológica a partir de los 50 años de edad, y diez años antes, si tienen un antecedente familiar  (padre o hermano), con tumor de próstata.

domingo, 10 de agosto de 2014

Incurvación del pene o enfermedad de Peyronie

EFE/Miguel Rajmil
La enfermedad de Peyronie (nombre del médico francés, nacido en Montpellier, que lo describió por vez primera en 1743) se trata de un trastorno que afecta a uno de cada diez hombres mayores de 40 años.
 
El principal obstáculo que dificulta el tratamiento correspondiente es que la gran mayoría desconoce padecer dicha patología. Esta dolencia se caracteriza por una fibro-esclerosis del pene.
La enfermedad de Peyronie puede aparecer entre los 20 y 80 años, siendo la media a los 50. Se mide en grados y su evolución es variable aunque tiende a ser progresiva.
Se desconoce cuál es su origen, pero una de las hipótesis que se mantiene es que se ocasiona por micro traumatismos repetidos del pene ,que suceden durante la relación sexual. Dichas roturas originan una cicatriz o placa fibrosa que provoca la pérdida de elasticidad de la zona.
 
Esto hace que el pene no actúe como un cuerpo elongable y elástico cuando se llenan de flujo sanguíneo de los cuerpos cavernosos durante la erección, ocasionando la incurvación.
Su evolución suele ser de un año, aproximadamente, tiempo durante el que existe dolor en el momento de la erección. Cuando éste desaparece, generalmente nos indica que la incurvación se ha estancado.
 
Dado que hemos dicho que se desconoce su origen, por la misma razón desconocemos cómo tratarlo médicamente. Únicamente, cuando la incurvación es de tal grado, que dificulta la penetración, en ese caso es cuando se aconseja una cirugía de enderezamiento del pene.

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La depilación púbica favorece las enfermedades de transmisión sexual


Desde la última moda de depilación púbica en ambos sexos, los urólogos y dermatólogos asistimos impotentes a un aumento alarmante de las enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes.
La enfermedad que ha registrado un aumento más “espectacular” son los condilomas genitales causados por el virus del papiloma humano (HPV).
Si se usa de forma adecuada el preservativo y se mantiene el pelo púbico sin rasurar, el riesgo de contagio es casi cero.
El pelo púbico tiene una función protectora contra el roce inevitable durante las relaciones sexuales. Si los dos miembros de una pareja presentan un pubis sin pelo, cualquier infección que se encuentre encima de la piel de uno de ellos pasará indefectiblemente al compañero sexual.
El preservativo protege de una pequeña parte de las enfermedades de transmisión sexual, pero no protege la zona púbica, ha advertido.
Las pequeñas heridas que se producen encima de la piel púbica permiten a los microorganismos penetrar y crear una infección, condilomas (verrugas, papilomas), herpes (fiebres), emepeines (hongos, tiñas), impétigos (infecciones bacterianas estafilocócicas o estreptocócicas) e incluso la sífilis, “que vuelve a ser habitual en las consultas del dermatólogo”.

Pinceladas sobre el ébola


  • Virus del ébola (arriba izda), mosquito transmisor del dengue (arriba dcha), mosquito transmisor de malaria (abajo izda) y virus del coronavirus (aba
  • ¿Qué es el ébola?  Es un virus que causa la enfermedad homónima con cinco variedades: Sudán, Zaire, Reston, Côte d’Ivoire (Costa de Marfil) y Bundibugyo, de las cuales, Sudán, Zaire y Bundibugyo se han asociado a importantes brotes de fiebre hemorrágica en África. El virus altera un tipo de células llamadas “endoteliales” que recubren la superficie interior de los vasos sanguíneos y la coagulación. Al dañar los vasos sanguíneos las plaquetas no son capaces de coagular, y los pacientes sucumben a un shock hemorrágico que deriva en una pérdida muy grave de sangre.
  • Aparición: El virus del Ébola se detectó por primera vez en 1976 en dos brotes epidémicos casi simultáneos ocurridos en Nzara (Sudán) y Yambuku (República Democrática del Congo). La aldea en la que se produjo el segundo de ellos está situada cerca del río Ébola, que le da nombre.
  • Brotes: Hasta ahora, el peor episodio de ébola se había registrado en el año 2000 en Uganda, donde murieron unas 170 personas de más de 400 contagiados.
  • Transmisión: El virus es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga en las poblaciones humanas por contacto directo con sangre, líquidos orgánicos o tejidos de las personas infectadas. Aunque los monos han sido una fuente de infección para las personas, se considera que los murciélagos de la fruta de la familia Pteropodidae son los huéspedes naturales del virus.
  • Síntomas: Los primeros síntomas de esta enfermedad son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, seguidos de vómitos, diarreas, erupción cutánea, funciones renal y hepáticas alteradas e intensas hemorragias internas y externas.
  • Manifestación: El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) varía de 2 a 21 días, aunque generalmente los síntomas aparecen entre los 5 y 10 primeros días tras el contagio.
  • Diagnóstico: El ébola suele diagnosticarse a través de pruebas en la orina y en la saliva. Los exámenes más comunes, según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), son pruebas de: inmunoadsorción enzimática (ELISA), detección de antígenos, seroneutralización, reacción en cadena de polimerasa con transcriptasa inversa y aislamiento del virus mediante cultivo celular. Las muestras de los pacientes infectados tienen un enorme peligro biológico y han de tomarse en condiciones de máxima protección.
  • Tratamiento: No se cuenta todavía con ningún tratamiento, ni vacuna específicos, aunque se están poniendo a prueba varias vacunas experimentales. Los brotes de ébola se han producido principalmente en aldeas remotas de África central y occidental, cerca de selvas tropicales.
  • Pronóstico: La fiebre hemorrágica del Ébola es una de las enfermedades más mortíferas para el hombre, con una tasa de mortalidad del 25 al 90 por ciento. El periodo de tiempo medio desde el inicio de los síntomas hasta la muerte está entre 2 y 21 días.
  • Prevención: Se están probando varias, pero de momento no existe vacuna contra el ébola.
  • Hacia la Medicina del futuro

    Hacia la Medicina del futuro

    El modo de ejercer la Medicina está cambiando de manera notoria en los últimos tiempos. El médico comprueba que el paciente ya no es el mismo de antes; ahora, ya es usuario, e incluso, cliente. Y exige, porque se le ha convencido de que es él, quien con sus alcabalas sostiene el complejo engranaje sanitario.

    Desde Hipócrates (siglo IV a. de C.) se viene defendiendo que la Medicina tiene un triple objetivo: curar la enfermedad; si no es posible curar, al menos, aliviar el sufrimiento; y, en todo caso, consolar al enfermo.

    Hoy en día podríamos diferenciar el tipo de Medicina que se aplica al usuario/cliente/paciente, en varios modelos que paso a describir:

    a)  Modelo paternalista: en el que el médico (padre) busca lo mejor para el enfermo (hijo), e instaura el tratamiento que más oportuno le parece, sin consultar con el paciente; y éste, en la confianza de que su médico le va ofrecer lo mejor, dada su vasta sabiduría, aceptará las indicaciones médicas sin ningún tipo de cuestionamiento.

    b)  Modelo centrado en la tecnología: en el que tanto el médico como el enfermo consensuarán los métodos diagnósticos  y el tratamiento a aplicar. En este modelo el paciente/usuario/cliente tiene derecho a la información, y firmará los consentimientos que sean precisos, antes de embarcarse en la realización de pruebas diagnósticas y posteriores tratamientos.

    En ocasiones, el individuo, viéndose disminuido por la enfermedad, por la preocupación, por el miedo, solo tiene un objetivo: ser atendido, ser curado; en una palabra: ser amparado. Y, ante este objetivo final, lo demás no cuenta.

    c)   Modelo participativo o Medicina del futuro: la Medicina camina hacia un modelo que no girará en torno al médico, ni tampoco alrededor de la tecnología, sino que estará centrada en la persona enferma. Este modelo defiende a ultranza la implicación activa del paciente en la toma de decisiones acerca de su enfermedad. El equipo sanitario estará compuesto por el paciente/usuario/cliente, corresponsable de su curación y comprometido con todo el proceso diagnóstico y terapéutico; por el equipo de profesionales de la salud; y, fundamental, por las redes sociales que informarán y darán apoyo (esto último ya lo estamos viendo en la actualidad).


    En resumen, la Medicina del futuro tendrá una visión integral (biológica-psicológica-social) del usuario/cliente. Se personalizará la atención: se atenderá al enfermo en su conjunto, no a la enfermedad. Y, por último, y no menos importante, el paciente/usuario/cliente participará en su curación, dejando de ser un sujeto pasivo en el proceso sanitario. El médico dejará de ser paternalista, para ser el adalid que participará de forma colegiada en la curación de su enfermo.

    Formas curiosas de facilitar el orgasmo femenino

    Formas curiosas de facilitar el orgasmo


    Los tacones de aguja que llevan algunas mujeres, siempre hemos creído que eran nocivos para la espalda, al no permitir estirar las rodillas como se debiera, amén de afectar a los dedos de los pies, creando juanetes y dedos en martillo. Todo esto lo corroboran los traumatólogos y, ellos aconsejan que el tacón no tenga más de cuatro centímetros de altura.

    Ya sabemos que para las mujeres, este tipo de tacones son una muestra de su feminidad, sensualidad y belleza, al igual que en los hombres se convierten en un signo de atracción y erotismo.

    Bueno, pues resulta, que desde la Universidad de Verona (Italia), nos dicen que los tacones de aguja favorecen el orgasmo de las mujeres que lo utilizan, ya que les ofrece una mayor contracción en la musculatura de la pelvis y, esto conlleva una mejora en la lubricación genital y, en la obtención de placer en las relaciones sexuales. Siempre se aprende algo nuevo, oigan, ¿a que nunca habían pensado en ello?

    Que el suelo pélvico femenino, tenga un buen tono muscular, es muy importante desde distintos puntos de vista; así, un buen plano de músculos y ligamentos, hará que rápidamente la pelvis se recupere después del parto, evitará el problema de la tan temida e incómoda incontinencia de orina con los esfuerzos y, el de los prolapsos genitales (desprendimiento de vejiga, recto y útero), entre otros males.

    De todas las maneras, si hay mujeres que van a utilizar este tipo de tacones, les aconsejaría que lo hagan el menor tiempo posible y, cuando se encuentren tranquilas en casa, que realicen estiramientos del tobillo, para no perjudicar la musculatura de las piernas.

    Quien sí parece que mejoraba sus orgasmos, era Jérôme Kerviel, el broker que desfalcó a la Société Générale de París, con cerca de 5.000 millones de euros. Según una entrevista que ofreció al diario “Le Parisien”, las astronómicas operaciones que ejecutaba, le producían “un placer orgásmico”. Como pueden observar, esto del placer sexual, es todo un mundo…

    Kerveil ingresó en el año 2000, en la Société Générale y, sus jefes lo tenían considerado como “una máquina de hacer dinero”. Así, desde 2005 era operador de base en la sala de mercados, en París y, ganaba unos 100.000 euros al año.

    El día de los atentados de Londres (julio de 2005), con los vaivenes de la Bolsa, ganó 500.000 euros en pocos segundos, pero eso sí, dice que luego fue al baño a vomitar, de lo arrepentido que estaba.

    Muy escrupuloso no debía de ser, cuando se dedicó a saquear a su propia empresa. Fue descubierto tras un banal control de riesgos, en la noche del 18 de enero de 2008 y, en la actualidad está a la espera de lo que dictamine la Justicia de Francia.


    ¿Existe la menopausia masculina?

    ¿Existe la menopausia masculina?


    Así como en la  mujer, aproximadamente en torno a los 50 años, se produce un brusco cese de la secreción hormonal de los ovarios, que da lugar a la etapa conocida como menopausia, en el varón desde los 40 años de edad, se va produciendo un descenso anual en torno al 1%, en la secreción de testosterona, por parte de los testículos. A este evento, se le conoce a nivel coloquial como andropausia, andropenia, o menopausia masculina, pero a nivel médico, se le ha bautizado con el término: “Hipogonadismo masculino de inicio tardío”.

    Entre un 15% y un 20% de los hombres, que se encuentran entre los 60 y 80 años, tienen un déficit de secreción de testosterona y, esto se suele acompañar de unos síntomas que merece la pena diagnosticar a tiempo, para ofrecer el oportuno tratamiento sustitutivo.

    ¿Y cuáles son los síntomas del hipogonadismo de inicio tardío? Pues los más habituales son la debilidad muscular, con presencia de fatiga, la tendencia a la depresión, el carácter irritable, pérdida de memoria, mayor frecuencia de fracturas óseas, por pérdida de su mineralización, o lo que es lo mismo, por presencia de osteoporosis, la disminución de la libido o del apetito sexual, la disfunción eréctil o impotencia, etcétera.

    Pero además de todos estos problemas mencionados, investigaciones científicas recientes, como es el estudio denominado “Rancho Bernardo”, demuestran que los varones con niveles más bajos de testosterona en sangre, viven menos tiempo, e incluso tienen de dos a tres veces más posibilidades de desarrollar un tumor maligno, un problema cardiovascular agudo (angina de pecho, infarto de miocardio), o un síndrome metabólico x (diabetes + cifras elevadas de colesterol + obesidad), que aquéllos varones con niveles normales de testosterona en sangre.

    Conocido es, desde hace varias décadas, que el tumor de próstata se alimenta de las hormonas masculinas y, así se demostró en su momento, de forma experimental, que cuando se castraba a un animal de laboratorio, el tumor detenía su evolución; éste hallazgo, motivó que se premiara a sus investigadores, con un premio Nóbel de Medicina. En la práctica médica, se utilizan los tratamientos antihormonales, para tal fin; sin embargo, y de forma paradójica, se ha visto que un tercio de los tumores de próstata ocurren en hombres con niveles bajos de testosterona y, que este tipo de cánceres son los que peor evolucionan. Falta por lo tanto, mucho por estudiar e investigar, para conocer los recónditos secretos que la naturaleza humana esconde, en el desarrollo y evolución del tumor de próstata.

    Pero volviendo al hipogonadismo masculino de inicio tardío, tendríamos que preguntarnos si tiene tratamiento y, efectivamente, podremos contestar rotundamente que sí, que podemos ofrecer un tratamiento sustitutivo de testosterona. Así, de esta manera, podremos restaurar los niveles normales en sangre, de esta hormona masculina. La industria farmacéutica, pone hoy en día, a nuestro servicio, presentaciones a base de geles, parches, e incluso existe una inyección intramuscular trimestral.

    Como podemos observar, los tabúes de la masculinidad, se van despejando progresivamente y, se van haciendo claros en el horizonte, que despejan los secretos más celosamente ocultos del organismo humano.


    Su conocimiento, lleva implícitamente ligado el estudio y aplicación de su tratamiento personalizado, pero para ello, es fundamental hacer frente a la realidad y, dejar apartados tabúes y vergüenzas, para que el varón se siente ante su médico y, le explique sus problemas más íntimos y personales.