Me lo soltó de sopetón; estábamos
en una cafetería del centro de la ciudad, donde él me había citado, y al poco
de saludarnos me dijo: tengo un cáncer de próstata. Mi primera reacción fue de
sorpresa, pero un segundo después, y viendo cuál era el motivo de la cita, tomé
las riendas de la conversación.
-
¿Y cuándo te has enterado del
diagnóstico?
-
Ayer, a la tarde. Fui a la consulta del
urólogo y me lo confirmó; no te quise decir nada hasta no conocer el resultado
de la biopsia.
-
¿Y tenías algún síntoma? ¿Qué es lo que
te motivó para que fueras al urólogo?
-
Como mi padre tuvo ya un tumor maligno de
próstata, anualmente aprovecho el reconocimiento general para solicitar la
sustancia específica de la próstata, el PSA; y me salió elevado, concretamente
de 5,6. A partir de aquí se desencadenó la consulta con el urólogo, quien
estimó oportuno la biopsia de la próstata. Y quería estar contigo, porque estoy
muerto de miedo.
Mi amigo se encuentra en la década
de los sesenta, sin grandes factores de riesgo, por lo que, podríamos decir que
es una persona de aspecto saludable. Todo hacía pensar que, el pronóstico de su
cáncer iba a ser favorable, y por lo tanto, no le iba a comprometer a su vida.
-
Bueno, ya sabes que el 10% de todos los
casos de cáncer de próstata tienen una base genética; y que, si un familiar de
primer grado tiene la enfermedad, como es tu caso, como mínimo, el riesgo se
duplica. Y si son dos familiares de primer grado, los que han padecido el tumor
de próstata, entonces, el riesgo se incrementa entre cinco y once veces.
-
Por eso me hacía los controles anuales,
porque en alguna ocasión te había oído decir que el cáncer de próstata tiene una base genética. ¿Pero
hay alguna circunstancia más que lo favorezca?
-
Hay un consenso en que se produce mayor
mortalidad entre los varones obesos, aunque se desconoce el motivo; no
obstante, el consumo de grasas está muy relacionado con la incidencia de la enfermedad, y en concreto con el
consumo de grasas saturadas, es decir, grasas de origen animal, sobre todo la
carne roja.
-
¿Y el pescado, es bueno o malo?
-
Pues, los ácidos grasos omega-3, que
proceden del pescado, parecen estar relacionados con una disminución del riesgo
de padecer tumor de próstata.
-
Pues, ya ves: yo, ni estoy obeso ni consumo
mucha carne, pues me gusta más el pescado.
-
Ya, pero hay otros factores que, hoy por
hoy, desconocemos; todavía nos falta mucho por saber sobre tumor de próstata.
-
También, he leído que, incluso, la
vitamina D, la soja, el té verde, o el tomate, por ejemplo, son beneficiosos, y
pueden ser factores protectores contra el tumor de próstata.
-
Es cierto, y se está investigando en ello
para determinar fielmente el grado de protección que pueden aportar. Pero en tu
caso, lo más importante es saber que, gracias al diagnóstico temprano que se te
ha podido realizar, cualquier tratamiento que se te aplique va a ser curativo,
y esto sí que es una gran noticia, así que mucho ánimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario