1.-
Mediante la exploración física: palpando el cordón espermático, si se ordena
hacer fuerzas (maniobra de Valsalva),
podemos apreciar que las venas del varicocele se ingurgitan, es decir,
se hinchan al llenarse de sangre. El médico Abulcansis (936-1013), lo definía
como “un racimo de uvas”.
Si el varicocele es severo,
generalmente se acompaña de una disminución en el tamaño del testículo del
mismo lado, que puede ser reversible, hasta en un 80%, tras la cirugía
–varicocelectomía-.
2.- Mediante ECO-Doppler: es la prueba
diagnóstica más precisa en el diagnóstico de esta patología, ya que es capaz de
determinar el reflujo de sangre venosa al realizar la maniobra de Valsalva.
Será también de interés el realizar un
seminograma, sobre todo en aquéllos varones que estén pensando en su próxima
paternidad, cara a determinar la calidad del semen (número de espermatozoides,
movilidad y forma de los mismos, etc.), y las posibilidades de padecer
infertilidad.
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