Se trata de una colección de líquido que se encuentra
alrededor del testículo, pues lo producen dos capas –especie de camisetas- que
se sitúan alrededor de él. Por tal motivo fue llamado en la antigüedad “hernia
acuosa”. Es el proceso escrotal benigno más frecuente y se calcula que afecta
al 1% de los varones.
Se diagnostica con facilidad mediante
ecografía. A la exploración física se contempla una bolsa escrotal aumentada de
tamaño, tensa, dura y, no dolorosa.
Se plantea tratarlo, cuando por el tamaño
origina molestias o representa un efecto antiestético para el paciente. El
tratamiento puede ser pinchar el hidrocele y evacuarlo, mediante aspiración
del líquido, e inyectando posteriormente una sustancia que va a ocasionar una
reacción inflamatoria de las capas que producen el hidrocele, evitando así la
reaparición del mismo. Esta técnica tiene un índice de fracasos del 50%.
La
técnica definitiva es la cirugía, en la que se realiza una técnica especial que
impide la recidiva del mismo. Puede realizarse con anestesia local y sedación,
en régimen ambulatorio (no requiere ingreso hospitalario). En el postoperatorio
es frecuente que exista una inflamación importante, dejando el escroto duro
(como una piedra), durante un tiempo variable, pero que
puede, incluso, sobrepasar el mes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario