domingo, 14 de septiembre de 2014

Indicación de braquiterapia (radioterapia interna) de próstata

De todos los tipos de tumores, el cáncer de próstata es el segundo tipo de 

carcinoma más frecuente en el sexo masculino. Además, la tendencia es que

vaya en aumento debido al envejecimiento de la población y por la evolución 

de las técnicas diagnósticas, que permiten detectarlo en estadios precoces.



¿Todos los pacientes con cáncer de próstata pueden someterse a la 

braquiterapia de próstata?

Los candidatos ideales para tratarse con braquiterapia son los hombres con un

cáncer de próstata localizado, sea cual sea el nivel de riesgo. Mientras el tumor 

esté órgano-confinado, es decir, localizado, se puede tratar con braquiterapia. 

Respecto la edad, tampoco existe un límite para poder someterse a este 

tratamiento porque en hombres mayores no causa mayores problemas de 

post-operatorio ni incluye un riesgo quirúrgico importante, mientras que en los 

más jóvenes no provoca ni problemas de incontinencia ni de impotencia sexual 

a largo plazo.


¿La técnica de la braquiterapia es la misma en todos los casos?

Existen dos tipos de braquiterapia en función del grado de agresividad del 

tumor. La técnica de semillas consiste en colocar estas pequeñas fuentes 

radioactivas dentro de la próstata para que el paciente se vaya a casa con ellas 

dentro. El tratamiento se realiza solo a lo largo de las semanas y es ideal para 

los tumores de bajo riesgo. En cambio, para los tumores de mayor agresividad 

se opta por colocar unas agujas por las que pasan unas dosis de energía muy 

altas que luego se retiran en el mismo acto quirúrgico. Esta técnica resulta más 

efectiva en los tumores con células más agresivas.


¿Qué ventajas aporta la braquiterapia al paciente?


Como la braquiterapia no es cirugía no conlleva un post-operatorio. El riesgo de 

incontinencia urinaria es nulo y el de impotencia sexual muy bajo. Además, la 

supervivencia de los pacientes tratados con braquiterapia es similar a la de los 

que se han tratado con cirugía. Esta técnica se aplica en España desde hace 

más de 15 años.


Detectar el tumor en el próstata, ¿es fácil?

Para diagnosticar un tumor de próstata hay que hacer una biopsia. En función 

de sus resultados y del grado de PSA se piden exámenes complementarios 

como una resonancia magnética de la próstata, una ecografía o un TAC, en 

función de cada caso. No todos los pacientes tienen que someterse a todas las 

pruebas para llegar a un diagnóstico certero de cáncer de próstata.

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