jueves, 2 de octubre de 2014

Nociones elementales en el tratamiento del cáncer de próstata

El tratamiento puede hacerse por varias técnicas como la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, o bien la hormonoterapia, o bien una combinación de todas. La edad y el estado de salud general del afectado, tanto como el alcance de la diseminación, la apariencia de los tejidos examinados y la respuesta al tratamiento inicial, son vitales en la determinación del resultado terapéutico.
 
Si el cáncer no provoca ningún síntoma, crece lentamente y está  confinado en un área reducida de la próstata, se recomienda mantener una conducta expectante. Este tipo de tratamiento, en que no se trata,  se reserva a personas mayores de 80 años. Debido a que el cáncer de próstata a menudo crece muy despacio, si el paciente es mayor o padece otras enfermedades graves, no es necesario tratarlo.
 
El cáncer va a ser observado y monitorizado. Normalmente se realizan mediciones del PSA en sangre y un tacto rectal cada seis meses, posiblemente con biopsia guiada por ecografía anualmente. Si el paciente desarrolla cualquier síntoma o el cáncer crece más rápidamente, se tiene que considerar pasar a un tratamiento activo.
 
La prostatectomía radical es la cirugía que se realiza para curar el cáncer de próstata en personas menores de 70 años. Se aconseja cuando el cáncer de próstata no ha sobrepasado los límites de la glándula prostática En esta operación, el urólogo trata de curar extirpando la glándula prostática más los tejidos periféricos. La técnica utilizada es la laparotomía aunque desde hace unos 10 años se practica por igual la laparoscopia, menos invasora e igual de efectiva. Una novedad con buenos resultados es el uso del robot Da Vinci, ya que evita complicaciones como el sangrado, incontinencia e impotencia.
 
La radioterapia usa radiación de alta energía o partículas para eliminar células cancerosas. La radiación trata el cáncer de bajo grado que está confinado en la próstata o que sólo ha invadido tejido vecino. Si la enfermedad está más avanzada, la radiación sirve para reducir el tamaño del tumor y proporcionar alivio de los síntomas. Esta técnica se usa en pacientes a los que no se aconseja la cirugía o bien esta no da el resultado esperado.
 
La braquiterapia, es una forma de tratamiento mediante radioterapia en la cual se colocan las fuentes de radiación que emite el medicamento en el interior del tumor de la zona a tratar. Tiene una gran ventaja, que las radiaciones que curan un cáncer habitualmente vienen desde afuera y tienen que atravesar tejidos para llegar al sitio que han de tratar, en cambio de esta forma ya no se irradian estos tejidos porque lo tenemos desde dentro las radiaciones. Es un tratamiento teledirigido al sitio dónde interesa
 
La crioterapia, o cirugía de criogenización,  utiliza la congelación de las células mediante una sonda metálica para tratar esa próstata afectada. Esta  sonda se introduce en la próstata a través de una incisión en la piel del periné guiada por ecógrafo a través del recto.  Precisa anestesia epidural o general durante este procedimiento.
 
La criocirugía es poco agresiva, presenta una menor pérdida de sangre, una corta hospitalización, un corto periodo de recuperación y menos dolor que la prostatectomía radical. Pero se conoce mucho menos la efectividad de esta técnica a largo plazo.
 
Otro tratamiento y aprobado y con gran proyección es la tecnología “hifu” para tratar el cáncer localizado de próstata, y que mediante ultrasonidos focalizados de alta intensidad (en inglés "HIFU") libera energía a partir de una sonda endorrectal. Estas ondas viajan a través de las paredes del recto sin dañarlo y se centran y atacan la próstata. Esta focalización produce un calentamiento intenso e instantáneo que provoca la destrucción irreversible de la zona seleccionada, sin dañar los tejidos circundantes. El tratamiento, puede llevarse a cabo bajo anestesia epidural.
 
Además, existe la posibilidad de recurrir a terapias como la del bloqueo hormonal andrógeno, que consiste en  eliminar o reducir la producción de hormonas masculinas con gran incidencia sobre la próstata como es la testosterona, y por tanto puede ser útil tanto en fases precoces como avanzadas como técnica o terapia complementaria a otros tratamientos. Generalmente se utiliza en varones de más de 80 años, o en casos avanzados donde otras técnicas se quedan cortas.
 
Algunas veces se recurre a quimioterapia si el cáncer de próstata ha progresado y se ha  extendido fuera de la glándula prostática y el tratamiento hormonal no hace efecto. En la “quimioterapia sistémica” se administran fármacos por vía intravenosa o vía oral, que  entran en el torrente sanguíneo y alcanzan todas las partes del cuerpo, haciendo que este tratamiento sea eficaz en los cánceres con metástasis pero que igualmente genera diversos efectos secundarios al atacar también células sanas. La quimioterapia no está indicada como tratamiento en caso de un cáncer de próstata incipiente.
 
Igualmente importante son los tratamientos encaminados a reducir los dolores, mejorar la calidad de vida y atender los síntomas de mala salud de los pacientes con cáncer de próstata. Para ello hay productos clínicos o farmacológicos diseñados para esta enfermedad u otras afines, como son los analgésicos derivados de los opiáceos, que mitigan el dolor y no tiene por que resultar adictivos. Después hay un principio activo basado en el ácido zoledrónico que tiene por finalidad controlar, mitigar y evitar la metástasis ósea, cosa que también puede hacerse mediante el uso de esteroides como la dexametasona y otras, que alivian el dolor de huesos.

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